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Foto del escritorAlfonso Hernández

Una victoria para que Alierta telefoneé a los Reyes Magos


Podemos defender y argumentar que la victoria sobre la Gimnástica en Copa, un rival de Tercera que en esencia fue mejor equipo y que solo se rindió ante su propio desplome físico, ha animado al Real Zaragoza para el partido de esta noche contra el Lugo (21.00). Podemos apuntarnos a la feligresía del bueno de Juan Ignacio Martínez, que va pregonando que hay plantilla para competir aunque, en el fondo, sabe perfectamente que no es así. Podemos, en definitiva, ingresar en la cofradía de los ingenuos y defender la teoría de que con tres o cuatro fichajes (si es que llegan con los recortes económicos de última hora), la salvación es pan comido. Hasta podemos aferrarnos a la peligrosa tentación de pensar que los chicos de la cantera serán los guías espirituales del objetivo de la permanencia. La realidad no es tan optimista, sino mucho más cruda y desapegada de milagros y otras sandeces. Así, este encuentro adquiere una dimensión dramática como ningún otro en la historia del club. La exageración tiene nombres y apellidos: si se produce una derrota, el conjunto aragonés tendría que sumar 37 puntos en las 23 jornadas restantes hasta el final del campeonato, lo que se traduce, por coger el camino más corto, en conseguir 12 o 13 victorias para evitar la Segunda B. Para entendernos, a ritmo de playoff de ascenso.


Aun con un triunfo frente al conjunto lucense, la empresa seguiría siendo colosal, si bien esos tres puntos que JIM calificó como "de la vida", encenderían una pequeña llama sobre el glaciar zaragocista. No sería lo mismo llegar al parón navideño con un triunfo que siendo últimos o penúltimos y afrontar esa ventana festiva con todos los fantasmas sentados a la mesa compartiendo los amargos polvorones. Y habría que preguntar a Alierta, Yarza, Forcén, Sáinz de Varanda y Luis Blasco, el consejo de su majestad el disparate, si están pensando en inyectar algo de capital por la que vía que sea para presentarse en el mercado con garantías de comprar algunos productos decentes o, si por el contrario, van a seguir colgados del árbol de sus propios intereses después del Belén que han montado por delegar en incompetentes y por colaborar al desastre por incomparecencia. Después de que recibir negativas de todo quisqui, Miguel Torrecilla y JIM han sido los elegidos por descarte para tomar decisiones deportivas. Poco podrán hacer con una hucha ridícula y con una predisposición nula a engordarla.


El entrenador habló ayer de rotaciones para esta cita; de que todo el mundo tiene que empujar; de la aceptación de la gravedad; de tres puntazos... De que se quiere comer el pavo tranquilo. Cuando JIM se pone delante de los micrófonos ofrece dos impresiones antagónicas: es un buen tipo con poca información o piensa colaborar con sus superiores para tirar adelante con lo que hay, lo que a los receptores de sus mensajes les pone la carne de gallina. La afición ha visto lo suficiente esta temporada para no comulgar con ruedas de molino, por lo menos el seguidor que contempla al Real Zaragoza como una institución, no como un juguete pasajero. Este equipo no necesita buenas palabras ni motivadores a la antigua usanza. Reclama dinero y responsabilidad y profesionalidad para invertirlo sin el mínimo margen de error. Otra vez los pelos de punta: en el despacho oval, Luis Carlos Cuartero al móvil, y en la presidencia, Lapetra tratando al socio como si fueran pastorcillos.


El Lugo no es un enemigo fácil. Nadie lo es en el calendario del Real Zaragoza. En sus últimos 13 partidos, solo ha perdido dos, uno de ellos ante el Espanyol, y ha sumado seis victorias y cinco empates. Desde que el francotunecino Mehdi ben Sadok Nafti cogió las riendas del equipo del Anxo Carro tras la destitución del exzaragocista Juanfran, los gallegos van como un tiro con 23 puntos sumados cuando en la quinta jornada contaban con tres y estaban en posiciones de descenso. Para este enfrentamiento, Nafti recupera a Juanpe Jiménez y José Ángel Carrillo, que se perdieron por sanción el choque con la Ponferradina, pero pierde a Diego Alende por una rotura muscular y a Iriome González, que se lesionó en la Copa. El técnico podría alinear en el Municipal a Ander Cantero; Campabadal, Venancio, Djaló, Luis Ruiz; Gerard Valentín, El Hacen, Xavi Torres, Hugo Rama; Carrillo y Cristian Herrera. Juan Ignacio Martínez meterá en el once a los que descansaron o participaron poco en la Copa, por lo que la titularidad corresponderá a Cristian Alvarez; Vigaray, Francés, Jair, Nieto; Larrazabal o Zanimacchia, Eguaras, Francho, Chavarría; Juanjo Narváez e Iván Azón.


Albacete y Fuenlabrada cayeron en La Romareda. El Lugo debería de ser el tercero para que podamos pasar la Navidad al abrigo de una tímida esperanza, pensando en que Alierta telefoneará a los Reyes Magos con la chequera a la entera disposición de sus majestades. Esa es la clave para que este cuento que ya va por su séptima temporada termine lo mejor posible.

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